Actos principales
[ 12 julio, 2020 por administrador 0 Comentarios ]

La Loa

La Loa de recibimiento (o, por extensión, simplemente La Loa) es la composición para coro, solistas y orquesta sinfónica que se interpreta a la llegada de la Virgen de Las Nieves a la plaza de España, momento culmen de las Fiestas Lustrales.

Desde los orígenes de la Bajada existe constancia de la interpretación de cantos cultos de salutación y alabanza dedicados a la imagen en cada una de sus visitas. La actual es obra del compositor Alejandro Henríquez Brito con letra de Antonio Rodríguez López; una pieza que conserva intacto el perfume decimonónico y tardorromántico de su estreno en 1880.

La Loa mantiene incluso su escenificación, un tanto extemporánea, con las cantantes solistas vestidas de ángeles a la antigua usanza, y un templete clásico montado para la ocasión delante de la fuente renacentista de la plaza, ante el cual se sitúa la orquesta, formada expresamente en cada cita lustral. El coro saluda a la Virgen y los ángeles dirigen sus alabanzas a la Madre: «Purísima María, […] recibe de este pueblo / en su cariño inmenso, / cual perfumado incienso / la fe del corazón».

Luego pide al templo que acoja en su interior a la venerada imagen: «Sacro Templo, / Tabor misterioso, / entreabre tus puertas, / tu roca sea altar». Como apuntó el periodista palmero Luis Ortega Abraham, en el mismo instante en que suenan los primeros compases de La Loa,todos los festejos de las dos semanas precedentes quedan reducidos a la categoría de simple prólogo, puesto que la auténtica fiesta es la presencia de la Virgen en la Ciudad.

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[ 17 enero, 2020 por administrador 0 Comentarios ]

Subida de la Virgen

Al amanecer del 5 de agosto, onomástica de Nuestra Señora de Las Nieves, y tras permanecer apenas veinte días en la Ciudad, la Virgen retorna a su Santuario del Monte. En la tarde del día 4 la imagen, colocada ya en el interior de sus doradas «andas de viaje», recorre por última vez las calles principales del casco urbano, en la conocida como procesión de despedida.

Atrás quedan cuarenta días de festejos, llenos de creatividad, diversión y devoción y los palmeros empiezan ya a pensar en la siguiente Bajada. A las 8:00 las campanas de la torre de la iglesia repican, la banda de música interpreta el Himno Nacional y la Virgen sale del templo entre los aplausos del gentío. Habrán de pasar cinco años para que esta estampa vuelva a repetirse.

 

Luego la Virgen abandona en procesión la plaza de España, remonta las calles Pérez de Brito, Baltasar Martín y el camino del Velachero hasta llegar al barrio de Benahoare, último enclave urbano de la Ciudad. Allí la corporación municipal despide oficialmente a la imagen hasta su regreso en el plazo de cinco años. Tras los discursos, la procesión, ya sin la presencia de autoridades civiles y religiosas y sin acompañamiento musical, únicamente seguida por cientos de peregrinos, asciende por el lecho del barranco hasta Las Nieves.

 

A escasos quinientos metros de los últimos edificios encontramos la cueva de El Roque. En este lugar se lleva a cabo, desde 1925, la representación de La Cueva, una alegoría «al encuentro y fusión de dos razas, benahoarita y española, bajo la tutela de la Virgen de Las Nieves», como especificaba el antiguo programa de actos. A mediodía, tras varias horas de camino, la imagen de la Virgen llega a la plaza de Las Nieves y, entre los aplausos del gentío, vuelve a cruzar el umbral del Santuario, del que partió tres semanas atrás.

En los días siguientes continuarán los actos religiosos y las muestras de fervor popular, que se repetirán en años sucesivos cada 5 de agosto, onomástica de Las Nieves, hasta que se cumpla un nuevo ciclo lustral y la Virgen regrese a Santa Cruz de La Palma, fiel a su cita con los palmeros.

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[ 17 enero, 2020 por administrador 0 Comentarios ]

Festival folklórico insular

Un espectáculo en el que ocho agrupaciones de La Palma interpretarán tanto piezas tradicionales con raíces canarias como distintos ritmos sudamericanos. La entrada al festival es gratuita.

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[ 16 enero, 2020 por administrador 0 Comentarios ]

Fiesta de Arte

A modo de balance o de resumen de la Bajada se celebra (en el recinto central) la Fiesta de Arte, generalmente los días siguientes a la llegada de la Virgen a la Ciudad (hasta 1990 se celebraba la misma noche del Domingo Grande).

Se trata de una gala con actuaciones musicales y otras variedades en la que se repasa alguna efeméride relacionada con las Fiestas Lustrales.

En su realización han cobrado especial protagonismo en los últimos años las nuevas tecnologías multimedia y el lenguaje audiovisual. Suele contar con un mantenedor de cierto empaque: en 1995 fue la ministra de Cultura, Carmen Alborch; en 2000, su sucesora en el cargo, Pilar del Castillo; y en 2005, el ex presidente de la Conferencia Episcopal Española, el palmero Elías Yanes. También se cuenta con la presencia de la Reina de las Fiestas y de su Corte de Honor.

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[ 16 enero, 2020 por administrador 0 Comentarios ]

Diálogo del castillo y la nave

En la mañana del domingo de la Semana Grande, coincidiendo con la entrada de la Virgen en la Ciudad, tiene lugar uno de los actos tradicionales más sencillos y al mismo tiempo de mayor raigambre y emotividad de las Fiestas Lustrales: el Diálogo del Castillo y la Nave, un número que representa, como pocos, la intimidad marinera de Santa Cruz de La Palma y el prestigio del que en su día gozó su puerto, paso obligado en el tráfico marítimo europeo hacia las Indias Occidentales.

El Diálogo es exactamente lo que su nombre indica: un intercambio de réplicas dramatizadas entre el iracundo Castillo, que en lo alto del risco defiende la Isla del embate de los piratas, y la pacífica Nave, enclavada en el fondo del barranco, que simula acercarse a la orilla insular portando un misterio en su interior.

Las palabras amenazantes de la fortaleza («No prosigas tu rápido camino / sin decirme tu nombre y tu destino») y las respuestas tranquilizadoras del navío («Tu furia enfrena») resuenan en la desembocadura del barranco de Las Nieves gracias a los modernos equipos de megafonía y al respetuoso silencio con que la muchedumbre escucha las palabras escritas por Antonio Rodríguez López.

Finalmente, los marinos anuncian, por medio de su vocero, que transportan a la sagrada persona de María; es entonces cuando el Castillo transforma sus amenazas en palabras de bienvenida («¡Salve Nave feliz! Surque tu quilla / el mar que baña la palmesana orilla») y sus cañonazos en «salvas de amor y pleitesía»; éstos, a su vez, hallan eco en la artillería del barco, antes de que la procesión continúe su marcha y la Virgen entre, por fin, en la calle Real.

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[ 16 enero, 2020 por administrador 0 Comentarios ]

Entrada de la virgen en la ciudad

Y llegó el gran día. Si la jornada del sábado está impregnada de un aroma popular, el carácter de solemnidad envuelve el Domingo Grande desde antes del amanecer. A las 6 de la mañana Santa Cruz de La Palma comienza a desperezarse con el toque de diana de la banda de cornetas y tambores que recorre las calles de la Ciudad.

A partir de las 7 se celebran sucesivas eucaristías en La Encarnación y muy pronto el templo se llena de fieles que no quieren dejar de contemplar unas horas más a la Virgen de Las Nieves entre los muros de su iglesia. Mientras el templo bulle, la Ciudad se prepara: delante del ayuntamiento se conforma una nutrida comitiva compuesta por representantes de las distintas administraciones públicas y de las Fuerzas Armadas. A las 8:30 esta procesión cívica, portando el Pedón de la Isla -la bandera que simboliza la incorporación de La Palma a la Corona de Castilla en 1492-, parte hacia la Encarnación.

De este modo, la sociedad civil sale a recibir a la Virgen de Las Nieves para acompañarla en su entrada a la Ciudad. A las 9:30 la imagen abandona del templo de La Encarnación y en procesión solemne desciende hasta el fondo del barranco, donde asistimos al esperado Diálogo del Castillo y la Nave.

La Virgen entra luego en una calle Real engalanada como pocas veces: casas recién pintadas, balcones enramados y adornados con ricas telas, banderas, y una lluvia de pétalos y flores que desde ventanas y balcones acompaña a la venerada imagen en su recorrido hasta la plaza de España, donde la multitud ha rato que se agolpa a fin de escuchar la emotiva Loa de recibimiento.

A la entrada de la Virgen en el templo de El Salvador se celebra una misa pontifical, con el aliciente añadido de poder escuchar la hermosa Misa en mi bemol a modo de bercuse¸ obra para dos coros y orquesta original de Luis Cobiella.

A partir de este momento comienzan días de intensa y ferviente actividad religiosa, que se prolongarán en tanto dure la estancia de la Virgen en la Ciudad.

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[ 15 enero, 2020 por administrador 0 Comentarios ]

Carro alegórico y triunfal

Como fiesta en buena medida heredera de las celebraciones suntuosas del Corpus Christi, la Bajada de la Virgen de las Nieves el teatro se reafirma como un elemento consustancial a su propio origen. De hecho, son loas los primeros textos literarios que hacen acto de presencia en la segunda edición de las Fiestas Lustrales; se trataba entonces de la pieza del poeta dramático palmero Juan Bautista Poggio Monteverde (1632-1707), autor del monólogo Hércules, Marte de Tebas, representado en 1685.

Una porción importante de este teatro buscó su espacio escénico en la calle por medio de tablados montados bien en la plaza mayor (hoy, plaza de España), bien en los patios o llanos conventuales (de la Inmaculada Concepción, de San Miguel de las Victorias, etc.). Pero la vía pública sirvió también de escaparate para la puesta en escena de proyectos de teatro móvil, a través de la fuerza de las bestias de carga, siendo lo más frecuente hallar entre la documentación histórica una o más yuntas de bueyes tirando de carruajes en cuyo interior actuaban los intérpretes. La continuada repetición de personajes de naturaleza metafísica y figurada (como La Fama, La Fe, La Isla, etc.) propició que poco a poco fuera institucionalizándose el apelativo alegórico en su denominación, a la que además se añadió triunfal como expresión del tratamiento glorioso de los temas y motivos presentados por los textos.

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[ 14 enero, 2020 por administrador 0 Comentarios ]

La Danza de los Enanos

En cada enero de los años acabados en cero y en cinco, un poco sencilla y familiar entra en el catálogo sonoro de la ciudad y los ciudadanos y ya nos acompañará de corrido, entre la alegría de la presencia y la nostalgia de la rauda desaparición.

El sonido tiene forma, real y virtual, desde hace un siglo, cuando el comerciante palmero Miguel Salazar Pestana ideó la transformación de un personaje conocido y popular en todas las latitudes, caricatura del francés fanfarrón que apareció en aleluyas catalanas y ediciones castizas, en naipes y manufacturas cerámicas, en cabezudos y gigantes de España y en el folclore virreinal de América.

Por gracia de Salazar, y del núcleo ilustrado que ideaba y sostenía las acciones culturales, el icono del franchute lució nuevo y fresco, como recién imaginado, como recién hecho. Y así lo vió y lo ve el público, cada vez- cada lustro- más numeroso, más sorprendido, más integrado en la ilusión común que, para acabar en prodigio, necesitaba del concurso amoroso de todos.

El clima cultural de la ciudad y la isla, la dedicación a las causas públicas de intelectuales y artistas de probada capacidad, permitió, entre otros grandes, la invención civil que ilustra nuestras fiestas mayores. Con versos de Domingo Carmona Pérez y música del polifacético Elías Santos Abreu, mediante el paso por una caseta mínima y diáfana, unos viejos achacosos y jaraneros de transmutaron en mínimos bailarines de una polca de moda.

Heredados de las solemnidades del Corpus Christi, los enanos frecuentaron fiestas locales y efemérides políticas- tales como la proclamación de Isabel II en 1833, que aparece como su primera referencia escrita- hasta que, por feliz iniciativa, se consagraron en exclusividad a la Patrona de La Palma y los palmeros y a sus originales bajadas. José Díaz Duque atribuye a otro Salazar- Miguel de Salazar y Umarán- la dedicación mariana en 1835.

En los lustros de las teas y las lámparas de petróleo, la veloz metamorfosis contó con la complicidad de las sombras y la celosa tutela ciudadana. En la segunda bajada del siglo XX, con el piadoso mandado en sus corazones de paja y trapo, vencieron su gran reto contemporáneo: la convivencia con la luz eléctrica. Así pues, desde 1905, los enanos ganaron en crédito y simpatía y, ahora, en la era digital, gozan de buena salud, porque, de una parte, su humor, dignidad y mesura y, de otra, la conciencia patriótica y festiva del pueblo de origen, aportan eficaces herramientas para la supervivencia de una Singularidad dentro de la globalización uniformadora.

Con las ilustres excepciones de Higinio Carmona y Alejandro Henríquez, a lo largo del siglo XX, cuatro generaciones de la familia del doctor Santos Abreu asumieron los cometidos musicales del espectáculo. En las danzas coreadas de la primera parte, personajes de diverso origen y oficio, vestidos con trajes talares y báculos simbólicos, cantaron a la Dama del Monte, con partituras de Domingo Santos Rodríguez, Elías Santos Pinto y Domingo Santos García.

En 1925, el mismo Santos Rodríguez compuso una pieza vibrante y colorista, acaso con la vocación efímera de esa bajada; pero fue tan grata y emotiva la acogida que, dieciséis quinquenios después, resulta extraño pensar en otra melodía que represente tan ajustada y alegremente tan ajustada y alegremente el espíritu del número.

La Polca de Domingo Santos entró con pie firme y agrado ciudadano en la medula lustral y fue- con la bella Loa de entrada de 1880, escrita para tenor y barítono por Alejandro Henríquez, y el Diálogo del Castillo y la Nave (1885) por prolífico Rodríguez López- elemento fijo del programa, pieza estelar del repertorio de la banda capitalina (San Miguel), y referente de unas fechas ambiciosas cuya fama transciende las fronteras insulares.

Tras el poeta festivo Carmona Pérez se inscribieron en la nómina de letrista el versátil José Felipe Hidalgo que transitó entre las bellas artes, la enseñanza de idiomas y la taxidermia; José Acosta Guión, imbuido del ampuloso modernismo; José Lozano Pérez, autor de metáforas finas y eufóricas; Félix Duarte Pérez, poeta de raza y facundia: y Manuel Henríquez Pérez que, en la isla y fuera de ella, sumó fervor y humor, valores compatibles del carácter isleño, a los cánticos de griegos, navegantes, peregrinos, musulmanes, vikingos…

En 2005 se convocó, por primera vez, un concurso público para la Danza coreada y se premió la Marcha de Caballeros, de Luis Ortega Abraham y Fran Medina Concepción, cuyo argumento visual y literario nos devuelve a 1905, el guarismo mágico de los enanos contemporáneos.

Un siglo después, sobre las diminutas espaldas de los coristas consagrados al culto y adoración de Miriam, descansa el peso y el éxito de las fiestas. Los enanos constituyen un activo cultural y un icono con vasto poder de comunicación exterior y, como tales, deben ser preservados y defendidos por la sociedad civil que los creó y sostiene y por la corporación local que, en nombre del pueblo, los administra.

Es tan sincero el motivo, el baile masculino a la Virgen que representa a la madre y a la tierra; tan inteligente el artificio, y tan limpia la puesta en escena que, toda pretensión interesada y grandilocuente atenta contra su naturaleza sencilla, contra su origen y contra su futuro.

LETRA

SOMOS LO QUE APARENTAMOS
Somos lo que aparentamos,
pobres de solemnidad.
La miseria que arrastramos,
por donde quiera que vamos
hambre, dolor, soledad,
no nos resta dignidad
porque con fe reclamamos
la evangélica igualdad.
Al sufrir por la codicia,
la mentira y la crueldad
lo que no da la justicia
lo pedimos por piedad.
Siempre el rico le da al pobre
y es una triste verdad
por la caridad del cobre,
su cobre de caridad.
Madre, esposa, compañera
que, en la escuela de vivir
enseñó la verdadera
lección de dar y pedir.
Con su límpida grandeza
y tierna solicitud
alivió nuestra pobreza
con el don de la salud.
Sepan que estas penas leves
que salen del corazón
por La Virgen de Las Nieves
se hacen plegaria y canción.
En su honor nos disponemos
nuestra promesa a pagar
y, con el alma, saldremos
toda la noche a bailar.
Esta polca de la historia
que llega a continuación
pone en vuelo la memoria
y hace niño al corazón.

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[ 14 enero, 2020 por administrador 0 Comentarios ]

Minué (Festival del S. XVIII)

Entre las aportaciones al desarrollo del programa de actos de la Bajada de la Virgen durante el siglo XX, el Festival del siglo XVIII viene protagonizando como número principal la noche del miércoles de la Semana Grande.

Creado por primera vez en la edición lustral de 1945, el número contó entonces con la aportación literario musical de Luis Cobiella Cuevas (Santa Cruz de La Palma, 1925), quien desde Madrid había comenzado a componer la obra Minué, Romanza y Coro el año anterior, y la colaboración organizativa, coreográfica y de vestuario de Alberto José Fernández García, Argelio Pérez Algarrada, Álvaro Rodríguez Fernández, Celestino Cabrera y Celio Díaz.

Y ya al día siguiente de su estreno, la cabecera insular Diario de avisos vaticinaba que el Festival habría de «quedar incorporado a los números tradicionales del programa de la Bajada de la Virgen».

El Festival del siglo XVIII aúna, como lo hacen otros espectáculos de la Bajada lustral, las artes de la música, de la poesía y de la danza, recreando en su caso la puesta en escena de las históricas danzas cortesanas dieciochescas. Inspirado en los temas y motivos estéticos del Rococó, el Festival del siglo XVIII busca establecer un diálogo desde la modernidad con los gustos setecentistas en una fusión en la que interactúan coreografía, melodía, poesía, indumentaria y artes escénicas.

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[ 14 enero, 2020 por administrador 0 Comentarios ]

Danza de acróbatas

Con los Acróbatas y su espectáculo de contorsiones, cabriolas, piruetas, trepas, equilibrios, vueltas y saltos, las calles y plazas de Santa Cruz de La Palma rememoran el arraigo del histrionismo circense que desde finales del siglo xix mantuvo ocupados a los palmeros más gallardos y bizarros. Con su mágica presencia y su siempre brillante actuación, los hombres y mujeres del circo abrieron en La Palma una ventana a la fundación de sociedades locales dedicadas a la enseñanza y promoción del ejercicio físico entre los más jóvenes; primero, «La Patriótica» y, años más tarde, otras asociaciones contribuyeron a fortalecer la idea de la coreografía artística como mecanismo espectacular y medio eficaz para el fomento de la activación del cuerpo, clave según promulgaban las novedosas tendencias de cuidado, salubridad e higiene del siglo.

Como ha puesto de relieve el historiador José Eduardo Pérez Hernández (Breña Alta, 1968), fue en 1885 cuando «La Gimnástica» inauguró la primera puesta en escena de las entonces denominadas «danzas caprichosas de gimnastas» en el contexto de la Bajada de la Virgen. La prensa insular saludaba el novedoso número con entusiasmo, anunciado para comenzar a las 8 de la noche el lunes 13 de abril en la plaza de Santo Domingo, continuando con varias representaciones en las calles O’Daly, Santiago (actual Pérez de Brito), las cuatro esquinas, Santa Catalina, placeta de Borrero y plaza de la Constitución (hoy, plaza de España). La segunda edición, en la Bajada de 1895, la «ingeniosa» danza «de gimnastas resultó de mucho efecto, por los grupos elegantes y variados que formaban, sobresaliendo el que imitaba una fuente monumental, que agradó muchísimo», comenta la crónica correspondiente publicada el 4 de mayo por El adalid.

Olvidada en la cita lustral desde su última actuación en 1975, en la edición de 2005 volvió su encantadora coreografía a inundar las calles de Santa Cruz de La Palma. Niños y jóvenes de entre unos 6 y 18 años aproximadamente comparten la grandeza del escenario urbano de la capital insular para insinuar a los espectadores, aglomerados en las aceras, la deslumbrante destreza de su epopeya acrobática, de su poética danza, al calor de la omnipresente melodía chispeante que interpreta la Banda Municipal de Música San Miguel. La contorsión no tiene límites y el redoble de la caja de guerra anuncia el momento más emocionante: en la doble escalera se despliegan brazos y piernas formando una figura casi imposible, una proeza que pone en juego las largas semanas de ensayo que preceden al estreno. Es de noche y la ruta marcada por la señorial calle Real deja paso a los valientes e intrépidos… La magia del circo vuelve a sorprendernos.

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